jueves, 11 de febrero de 2010

Mi amigo el Gordito

Mi amigo el Gordito

Simpre que me fijaba en ese chaval, sólo veía a un gordo (por así decirlo). Siempre que lo veía sentarse en las últimas filas, yo no me sentía mal, simplemente me parecía ya lo normal, ni siquiera pensaba en ello. Siempre que veía a mis compañeros hacer bromas o meterse con él a sus espaldas, no me daba cuenta, pero yo incluso les seguía la corriente. Siempre que me encontraba sólo con él, no sabía que hacer, sólo callaba, pero en cuanto llagaba alguien me iba y lo dejaba solo. Siempre que salía a la pizarra y los demás se reían por su físico o simplemente porque no supiera hacer lo que debía de hacer, yo les seguía y me reía también.

Muchas veces pensé incluso de que él ni se daba cuenta de lo que le pasaba, pero un día, lo ví llorando en una esquina, y pensé: este tío tiene que estar pasándolo mal. Y me acerqué y ví como me miró. Y entonces me dí cuenta de que me había portado mal todos esos años atrás. Entonces, le animé un poco y le pregunté qué le pasaba. Me dijo que estaba harto de que se metieran con él por el simple hecho de ser gordo. Y entonces yo le dije que no se preocupara, por que yo siempre estaría para ayudarle en lo que fuera. Y con el tiempo, me dí cuenta de que se convirtió en mi mejor amigo.

FIN

Andrés Collantes Pantoja

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