Ahí va la fábula que he elegido:
El Árabe Hambriento
Perdido en un desierto
un árabe infeliz, ya medio muerto,
de sed, hambre y fatiga,
se encontró un envoltorio de vejiga.
Lo levantó, le sorprendió el sonido,
y dijo de placer estremecido:
-Ostras deben de ser. -Mas al verterlas,
-!ay¡, exclamó, son perlas.
Moraleja: En ciertas ocasiones no le valen al rico sus millones.
Y para terminar un par de refranes:
"A falta de pan, buenas son tortas".
"La sociedad está dividida en dos grandes clases: los que tienen más comida que apetito y los que tienen más apetito que comida".
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